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CULTURA Y RELIGIÓN: UNA EXPERIENCIA DE BÚSQUEDA SOBRE DIOS
El ser humano siempre se ha preguntado sobre la existencia de Dios. Efectivamente sus preguntas buscan la respuesta en algo, - llamémosle “ser” - inacabado, y que se perpetúe en el tiempo.
Ésta realidad, que parte del hombre, de sus anhelos, de su búsqueda de la verdad es un fenómeno universal, puesto que el elemento religioso es natural al hombre, que siente en sí la llamada de Dios, la necesidad de buscarlo; de ahí su decisiva influencia en todas las culturas conocidas.
Si hacemos un recorrido histórico nos encontraremos con un ser humano que se descubre como un todo, creado y nacido de la inteligencia de un ser superior a él. Consciente de su condición, comienza por construir su entorno alrededor de aquella fuerza que lo mueve y es que es omnipotente. Lo único que puede variar entre una cultura y otra es el modo humano como se desarrolla la búsqueda de Dios, que es, en algunos casos impersonal, inconsecuente, teórica y compleja.
Sin embargo la creencia en la existencia de un ser superior, siempre ha permanecido en la mismidad del ser humano, incluso lo lleva a la necesidad de manifestarle una reverencia especial, por medio de rendirle culto, de buscar la respuesta a la inseguridad de una vida después de la muerte, a tener unos parámetros de vida, constituidos por un programa moral. Todo ello trae consigo una fuerte influencia en la formación de la cultura y de la vida en el núcleo social.
Estas intuiciones, despiertan en el hombre el anhelo de humanidad más sublime: el lenguaje, es decir la capacidad de comunicación con el Ser Creador. Que está en la espera de una respuesta. Pero su respuesta no ha de ser igual a las características del ser superior, es por ello que recurre a rendirle culto, expresar su acción de gracias, a recurrir a la petición y a reconocerle como alguien excelso que merece adoración. A pesar de ello, el hombre descubre la necesidad de conocer el Bien y elegirlo. Está claro que el ser superior no se impone para ser creíble al contrario se manifiesta.
Se podría manifestar en cosas externas, por ejemplo: el universo, no es Dios porque es limitado, pero nos habla de Dios por el orden y armonía que presenta.
Con este ejemplo, se puede notar que la persona puede conocer la existencia del ser superior o divinidad no sólo por la razón sino también que hace falta que él mismo se manifieste en nuestro pensamiento natural. De manera que sea cautivado por dicha divinidad. Aunque es válido creer que sólo se puede esperar del hombre una razón imperfecta, pues muchas veces se ha equivocado en el conocimiento y también en el juicio de las cosas y acontecimientos, no por eso se deja de lado que la verdad y su insaciable búsqueda superan algunas verdades importantes.
Incluso se podría decir que aquellas religiones que no admiten un solo Dios, igualmente pueden exponerla porque la idea de un ser superior puede tratarse en esos casos de varios dioses (politeísmo), y las religiones que dicen que todos formamos parte de Dios (panteísmo) admiten también un vínculo entre todas las criaturas.
Ahora bien desde el punto de vista adoptado para estudiar la religión como fenómeno, tenemos que a nivel antropológico encuentra una fuerte influencia en la conformación del sistema cultural de los hombres; y de donde se parte como un estudio en el comportamiento social y grupal del hombre.
Miremos por ejemplo lo que sucede con las religiones del lejano oriente, donde se percibe en su manifestación religiosa en el poema de Mahabhárata( perteneciente al hinduismo), o las grutas de Longmen (del budismo); en el próximo Oriente, encontramos el conocido Muro de las lamentaciones (judaísmo), y la mezquita de Córdoba (del islamismo); en Europa, se puede apreciar en la bóveda de la Capilla Sixtina, la manifestación del cristianismo; y en África, vemos las grandes pirámides de Egipto, las diferentes danzas rituales. Todas ellas expresiones de religiosidad del hombre en la cultura.
Por otra parte, aunque no está considerada entre las 5 religiones también vemos una manifestación de la búsqueda de Dios por parte del hombre por ejemplo en América: Sacsayhuamán (en Perú).
Volviendo a la compleja realidad que es el hombre. Vemos además que el influjo de la religión en la conciencia del ser humano, y las consecuencias de la práctica y vivencia de la religión tanto a nivel personal como en el ámbito social y colectivo, se han convertido en la búsqueda de respuestas que lo lleven a Dios.
Al mismo tiempo, vale la pena ver que en si, las religiones tienen su fuente en datos que tal vez las relacionen por ejemplo una de las grandes fuentes del islamismo son el Antiguo Testamento, el Talmud, otras fuentes rabínicas y, del lado cristiano, no los Evangelios ni los Santos Padres, sino las herejías judaizantes .
Concluyendo, después de haber analizado cada una de las partes de este ensayo, que el hombre por su naturaleza está inclinado a buscar a Dios, está inscrita en su mismidad, el deseo de encontrarse con Él, de conocerlo y amarlo. En efecto, a lo largo de la historia de la humanidad y en todas las culturas, el hombre a creado las diferentes maneras de acercarse a la divinidad desde una experiencia mística, la experiencia de encuentro, y las distintas maneras como el hombre se relaciona con la divinidad, tal como lo hemos visto en las 5 principales religiones del mundo. Ante ello es bueno recordar que es necesario recurrir a la humildad para encontrar al verdadero Dios.
Sin olvidar que a partir de una recta concepción del hombre como ser social por naturaleza, es evidente que todas las dimensiones de la fe hacen relación a la condición social del hombre y a la dimensión universal de la fe. Por esto es preciso destacar en todo momento que la fe, aun siendo un don personal, tiene siempre unas exigencias sociales y políticas.
Desde luego que a sus inquietudes más vitales, que, en última instancia, determinarán su comportamiento en sociedad: su origen y fin, el sentido de su vida, hay tambien un esfuerzo por ser mejor. Además los hallazgos que constatan que desde sus inicios numerosos actos culturales del hombre están relacionados con la religión, y la convicción de que el elemento religioso fue el aglutinante que configuró la cultura y la convivencia de las grandes civilizaciones de la antigüedad dan fe de esta tendencia natural humana a buscar a Dios . Por ello, es posible afirmar que el hombre es un ser naturalmente religioso, es decir, que el elemento religioso no es un invento humano, sino que forma parte de su misma naturaleza.
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